A un paso del desastre

De tanto hacerlo mal llega un momento en el que se consuma la catástrofe. La UD Las Palmas volvió a caer derrotada ayer en el Benito Villamarín, quizá de la manera más cruel, en el minuto 94 después de haber intentado durante todo el partido sumar algo positivo y el domingo frente al Deportivo Alavés el puede escribir el triste epílogo de una muerte anunciada. Si no suma los tres puntos estará en Segunda División, así de sencillo y duro a la vez.

Los números del equipo está temporada son escandalosos. Sólo 21 puntos en 33 jornadas y con Jémez las cosas no es que hayan mejorado un ápice. Bajo el brazo de hierro del peculiar preparador grancanario la UD Las Palmas sólo ha cosechado 10 puntos de 48 posibles.

Unos guarismos pírricos y desnutridos a toda luces que no sólo no servirán para que el equipo se salve sino que harán aún más profunda y sangrante la herida. A este equipo no lo conoce ni la madre que la parió. Es un bloque desnaturalizado, un barco a la deriva que no transmite sensaciones. Ya ni los más optimistas hablan de milagro. De acabó el cuento de hadas.

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