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Butacas vacías y almas en pena

Desolador, ese es el adjetivo que mejor define el aspecto que presentaba ayer el Estadio de Gran Canaria.

Tan sólo 4.624 almas en pena según la cifra oficial aunque parecían muchas menos presenciaron la derrota de la UD Las Palmas frente al Getafe es la entrada más paupérrima que se recuerda. Ni lo más viejos del lugar podían dar crédito a semejante estampa.

Preocupante ya que aunque el equipo está descendido, el Málaga por poner un ejemplo ha conseguido congregar a más de 15.000 espectadores.

Es urgente volver a ilusionar a una afición desmoralizada. Una grada que hace muy poco vibraba y rebosaba de entusiasmo y en el que ahora predomina el amarillo y azul pero de la grada no de las bufandas, camisetas y banderas.

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