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El Gran Canaria debe ser inexpugnable


De los 12 puntos disputados en su casa, la UD Las Palmas tan solo ha sumado tres. Hace un año, en esta misma jornada, el equipo amarillo había vencido en su feudo a Granada, Málaga y Eibar, mientras que empataba ante el Real Madrid y el Espanyol. La permanencia pasa por hacer del Gran Canaria un fortín.

La UD, penúltima en la tabla con seis puntos en su haber, tan solo ha ganado un encuentro esta temporada en el Gran Canaria. La escuadra amarilla derrotó al Athletic Club casi sobre la bocina, pero cayó ante Atlético de Madrid, Leganés, Celta y Deportivo de La Coruña. Un bagaje demasiado pobre si se mira atrás en el tiempo.

El año pasado, a estas mismas alturas de campeonato, Las Palmas poseía 16 puntos y respiraba tranquila. Destilaba buen fútbol y cautivaba a toda España. Sorprendía a extraños y enorgullecía a sus más allegados. Mismas once jornadas de Liga, pero casi el triple de puntos en su casillero. Y todo esto vino gracias a la fortaleza insular. El representativo presumía de haber conseguido tres triunfos y tres empates en su feudo -sin conocer la derrota-, lo que hacía un total de 12 puntos en casa. Los amarillos derrotaron al Granada, Málaga y Eibar; mientras que plantaron cara al vigente campeón de Liga y Champions, el Real Madrid de Zinedine Zidane (2-2). Sendos empates ante Espanyol y Celta recolectaban otros dos puntos.

La primera vez que la UD se fue de vacío de su jardín no fue hasta el 12 de febrero, ante el Sevilla y en la vigesimosegunda jornada. Por aquél entonces, el Tucu Correa se llevaba los tres puntos a Nervión y conseguía lo que, hasta aquella fecha, ningún conjunto había logrado.

Pero esta campaña todo es diferente. Y, en gran parte, el representativo se ahoga en la zona roja de la clasificación porque no ha sabido hacerse fuerte en su hogar, con los suyos. Debutaba Las Palmas en casa esta temporada recibiendo una manita ante los guerreros del Cholo Simeone. Luego se daba un respiro gracias a Rémy y, desde entonces, la escuadra grancanaria no sabe lo que es sumar en su estadio.

La resurrección amarilla debe pasar por hacer del Gran Canaria el fortín que era. Hay que vencer cada partido que se dispute en la isla. La primera ocasión para ello es ante el Levante -domingo 19 a las 17.30 horas-. Solo vale el triunfo. Un empate no repararía la avería. La fuga seguiría abierta y las urgencias comenzarían a retumbar en la moral del equipo.

Así pues, el calendario da una tregua en el archipiélago a los de Pako Ayestarán, que, tras retomar la competición después del parón de selecciones, se medirán a los granotas, al Betis de Quique Setién, al Espanyol y al Eibar. Tanto a los verdiblancos como a los azulgranas ya se les ganó la temporada pasada en el recinto de Siete Palmas. Los de Quique Sánchez Flores, por su parte, sacaron un empate en su visita a la isla con un juego rácano y conformista, con muchas pérdidas de tiempo. Por lo tanto, rivales accesibles y a los que la UD debería ganar para el renacer de un conjunto que aún no ha dicho su última palabra en la liga de las estrellas. La permanencia debe amarrarse en casa.

Nota Diario Canarias7

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