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Jémez se encuentra un patatal (2-0)

El enésimo esperpento del año. Las Palmas volvió a mostrar su peor imagen y jamás ofreció síntomas de ser capaz de puntuar en el Coliseum. Paco Jémez vio en primera persona el caos. Mucho tendrá que trabajar para resucitar a una UD muerta y clara candidata a descender al infierno.

Nuevo pisoteo al escudo de la UD. Esta vez ante un Getafe al que los amarillos convirtieron en equipo Champions. Se gustaron los de Bordalás mientras los isleños jamás tuvieron opciones de puntuar. La vergüenza se prolonga en el tiempo y Paco Jémez va a tener que cortarla de raíz. Las Palmas está moribunda y huele a Segunda División. Concluye el año como colista y lo peor no son los puntos ni las estadísticas -que también rozan lo surrealista-, sino las sensaciones que transmite la escuadra grancanaria sobre el césped, que son claramente nulas.

Jémez, en la grada, fue testigo directo del enésimo esperpento amarillo en lo que va de temporada. El juego se resume a darle balones a Jonathan Viera y que se eche el equipo entero a su espalda. «Juntos somos mejores», reza el lema de la UD, que ya parece en el olvido. Cada uno con su guerra mientras el conjunto se desangra.

Un revés que sacudió, una vez más, a los grancarios, que fuera de casa tan solo han sido capaces de vencer al Málaga. Las sensaciones de ayer, las mismas de siempre. El rival tiene claro lo que quiere, mientras los insulares no saben ni a qué juegan. Y poca culpa tiene un Paquito que ha intentado, con todo el amor del mundo a estos colores, resucitar a un equipo más muerto que vivo. Las nauseas reiteradas, desvaneciendo en cada disputa, han situado a los amarillos donde, por méritos propios, merecen estar.

Saltaba sobria Las Palmas al verde del Coliseum, consciente de la importancia que tenía el encuentro, o al menos eso parecía. Bien plantada y madura, sin la ansiedad de ir última en la tabla pero con la garra que implica tener el cartelito de colista en la espalda. Daba la impresión de que esta era otra UD. Un equipo nuevo y con ambiciones. Tocaba bien y presionaba con mucha mordiente. Pero la historia volvía a repetirse para desgracia del conjunto grancanario. Saque de esquina en contra y primera en la frente. Cala se impone a los zagueros y cruza con la testa el esférico para subir el 1-0 al electrónico del feudo azulón.

Rémy, tras una asistencia magistral de Jonathan Viera, avisaba de las intenciones insulares. El extremo galo rompía a Djené y su disparo salía acariciando el palo izquierdo de Vicente Guaita. Y aún calculando los milímetros que le faltaron al tiro del ex del Chelsea para que pusiese el empate, llegó la segunda puñalada del Getafe. Antunes pisa línea de fondo, la cede atrás y Amath, que tan solo había anotado un gol en Liga, la coloca donde jamás hubiera llegado Raúl Lizoain.

Míchel Macedo se rompía y pedía el cambio. Paquito, descolocado, movía ficha y daba entrada a David Simón. Las Palmas volvía a las andadas. Deambulando sobre el césped, sin ideas y sin confianza en darle la vuelta al resultado. Cuando un equipo no está mentalmente, los pases van hacia donde no deben ir y las ocasiones que parecen claras no entran. Tannane dejaba solo a Calleri, pero Guaita salvaba el mano a mano y Rémy, en el rechace, mandaba el esférico fuera cuando lo tenía todo a su favor.

El uruguayo Damián Suárez, tras un error garrafal de Ximo Navarro que mide mal, se planta dentro del área, recorta a su par y, muy alto de moral, rompía al segundo defensor amarillo. Entre Javi Castellano y Raúl evitan un nuevo desastre. Un lateral derecho técnicamente nulo menospreciaba a Las Palmas con regates a unos metros de Lizoain como si fuera el mismísimo Leo Messi. Con el paso de los minutos la UD continuaba en su línea habitual, una auténtica murga que invita a cualquiera a reírse en su cara.

En una arrancada poderosa de David Simón casi vio la luz el cuadro insular. Jonathan Viera se plantaba ante Vicente Guaita, pero el mediapunta, contagiado por la surrealista dinámica del equipo, remató mal y, una vez más, lo que pudo ser, no fue. Y se iba Las Palmas al descanso como comenzó el partido, sin romper siquiera a sudar.

Empezaba el segundo tiempo y Rémy malgastaba la mejor ocasión del encuentro de forma incomprensible. El galo recogía un despeje horrible de Guaita y el 11 amarillo, solo, mandaba el balón a las nubes. La afición azulona no daba crédito. Mejor ocasión para recortar distancias, imposible. Esa oportunidad marrada era el fiel reflejo de lo que es esta UD: una casa de locos.

Con el transcurrir del choque, los grancanarios no daban ni un mísero motivo para creer en un posible milagro. Abatidos y encomendados a lo que Jonathan Viera buenamente pudiera regalar. Todo el fútbol pasaba por sus botas. Cerca de su propia área para dar salida al balón, en el centro del campo para buscar la portería rival, pero nunca pegado a Calleri, que es donde debe estar un mediapunta. Y cuando el de La Feria recibía, no encontraba a nadie porque los movimientos están muy verdes. Sin automatismos básicos ni una pizca de la experiencia que ha tenido que adquirir durante estos dos años y medio en Primera. Hasta Cala, defensa central del Getafe, se animaba con bicicletas en la frontal y chutaba al arco.

El fiasco esta temporada, y durante todo el 2017, es mayúsculo. Las Palmas es carne de Segunda División y la estadística no miente. 11 puntos para cerrar un año digno de estudio. Se pasó de la excelencia en el juego a un surrealismo caótico, que a día de hoy pocos aficionados al fútbol pueden entender. La hinchada grancanaria llora de angustia, viendo en lo que ha quedado un equipo que fue capaz de enamorar a medio mundo por su elegancia en el toque. Penurias continuas y unos jugadores agonizando en cada encuentro, sin ofrecer síntomas de una posible resurrección.

Paco Jémez se encontrará con un auténtico caos y tendrá que empezar prácticamente de cero. Demasiado trabajo por hacer y muy poco margen de error. Las salidas y las entradas deben ser claves para poder revertir la situación. Pocas veces ocurren milagros y la situación en la clasificación, con una UD desangrándose, invita a pensar que solo uno cambiaría esta dinámica. Demasiados técnicos han pasado por el banco canario en estos meses, por lo que la figura de un viejo conocido por el soberano, cobra un mayor valor. Un patatal en el que Jémez deberá saber hacer poesía.

Ficha técnica
2 - Getafe: Guaita; Damián Suárez, Cala, Djené, Antunes; Portillo (Jefferson Montero, m.91), Fajr, Sergio Mora, Amath (Lacen, m.77); Jorge Molina (Gaku, m.60) y Ángel Rodríguez.

0 - UD Las Palmas: Raúl Lizoain; Míchel Macedo (David Simón, m.20), Ximo Navarro, Bigas, Dani Castellano; Javi Castellano (Momo, m.87), Aquilani; Rémy, Jonathan Viera, Tana (Hernán Toledo, m.70); y Calleri.

Goles: 1-0: M.5 Cala; 2-0: M.14 Amath.

Árbitro: De Burgos Bengoetxea (Comité vasco). Amonestó a Damián Suárez (m.21) y Antunes (55), del Getafe; y a David Simón (67), de Las Palmas.

Incidencias: partido correspondiente a la decimoséptima jornada de la Liga Santander disputado en el Coliseum Alfonso Pérez ante 9.231 espectadores. Paco Jémez, de quien se rumorea que será el próximo entrenador de la UD Las Palmas, estuvo en el palco.

Kevin Fontecha para Canarias7 Deportes

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