Un equipo de dos caras
La UD Las Palmas se mostró el pasado sábado ante el Zaragoza como un equipo de dos caras mi y distintas.
En la primera parte y con la decisión de Manolo Jiménez de alinear a cinco defensas se vio a un equipo sin brújula, a merced de un Zaragoza que de no mediar los reflejos felinos de Raúl Fernández, podría haberse ido al descanso con una renta más sustanciosa que el 1-0.
Admitió que falló en el planteamiento el técnico amarillo y con la salida al terreno de juego de Tana cambio el panorama. La UD controló, se gustó y empató el partido. Incluso pudo ganarlo.
"Rectificar es de sabios", dijo Jiménez, y tanto que sí míster.